viernes, mayo 10, 2024

Hace 45 años, el 20 de octubre de 1978, fue abierto el canal de desvío del río Paraná, que permitió secar un trecho del lecho original para que allí fuese construida la presa principal de hormigón de la Central Hidroeléctrica ITAIPU. El desvío tenía 2 km de extensión, 150 metros de ancho y 90 de profundidad. ¡Una verdadera proeza de la ingeniería se hizo realidad!

Se trata de uno de los acontecimientos históricos más importantes de la vida de ITAIPU Binacional, puesto que marcó una de las mayores epopeyas realizadas por paraguayos y brasileños, a lo largo de la historia de los dos países.

El desempeño general de la estructura de desvío y su fundación fue satisfactorio y, como se esperaba durante la construcción, el primer llenado del depósito. La carga explosiva se colocó en agujeros casi verticales que se extendían desde la cresta del arco hasta su base. Las ataguías de arco fueron demolidas por explosiones en simultáneo y su demolición tardó 3 segundos. Más de 30.000 obreros, autoridades y público presente tuvieron el privilegio de presenciar este inusual espectáculo.

El “Canal de Desvío del Río Paraná” constituye un hecho emblemático, realizado a través de gigantescas implosiones, que después de más de 4 décadas siguen retumbando en torno a esta monumental obra que es considerada una referencia mundial en generación de energía limpia y renovable, y ejemplo en acciones socioambientales.

Vale precisar que para la excavación del canal de desvío y la construcción de la presa de enrocado, presas de terreno y las ataguías principales, el contrato fue otorgado el 6 de octubre de 1975. Para el resto de las obras civiles, incluyendo todas las estructuras de hormigón, excepto la sección de cuatro unidades de la Casa de Máquinas del canal de desvío, el contrato se firmó el 17 de mayo 1977.

Un antes y un después

Para el desvío del Paraná y la construcción sin interrupciones de la Casa de Máquinas y la presa principal se determinó que la margen izquierda del río era el lugar más apropiado para un canal de derivación. De este modo, el desvío de caudal del río Paraná marcó un antes y un después en la historia del Paraguay. Así como el río tomó un nuevo trayecto, el país también siguió un nuevo norte. Esta monumental obra trajo consigo desarrollo y prosperidad para los paraguayos.

Hoy, a 45 años de aquella destacada hazaña, la ITAIPU Binacional recuerda con honor y gratitud a las personas que, a través de los tiempos, cooperaron en la construcción y mantenimiento de la represa. Igualmente alienta a sus actuales trabajadores para que, con sentido de pertenencia y dedicación a la empresa, prosigan con esmero y honestidad en la conservación de este valioso aporte del ingenio humano para el mundo.

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