domingo, abril 28, 2024

Más de una vez, en el transcurso de operaciones destinadas a la construcción de un pavimento, ya sea en carretera ó zona urbana, hemos recibido algún que otro comentario, opinión, incluso alguna clara y atrevida sugerencia/impertinencia, por parte de algún usuario, viandante observador ó avezado peatón, respecto a los trabajos que observan, y que en la mayoría de las ocasiones se resumen en un “qué bien está quedando el alquitrán!!”.

De inmediato, urge aclarar al interlocutor, que es evidente que lo que tenemos entre manos no tiene nada que ver con el antiguo alquitrán, que para entendernos podemos llamarlo asfalto y que lo que está observando es el resultado de un exhaustivo estudio de materiales y su combinación, que finalmente hará posible que usted y yo podamos hacer uso de la vía, e incluso disfrutarla.

Llegados a este punto, los comentarios y explicaciones destinadas a ilustrar la mente de nuestro estimado viandante llegarían a su punto álgido, tratando de hacer un somero recorrido por todas y cada una de las capas que componen un firme, la importancia de cada una, su composición, su forma, cómo relacionamos esto con el tipo de tráfico que debe soportar, la maquinaria necesaria para su puesta en obra, el tiempo estimado de vida de ése firme, qué ocurre cuando envejece, qué respuestas tenemos antes los baches, pérdidas de material, agrietamientos……..

Realizado este recorrido por el temario carreteril y observando con otros ojos las operaciones de asfaltado, el usuario, todavía absorto ante tamaña afluencia de información, emite su última pregunta, que, como no puede ser de otro modo, toma totalmente desprevenido al técnico interpelado: ¡¡¿Qué es ése pegamento negro que está regando sobre el suelo un señor vestido como un artificiero?!!

Bien, como se habrá podido advertir, la respuesta que de inmediato es necesario dar es que ése “artificiero” está llevando a cabo una labor de aplicación de un riego de adherencia con emulsión bituminosa, con el objetivo de unir la capa existente con la que posteriormente será aplicada. En el argot, está aplicando el “pegamento de las carreteras”.

Sobre la introducción anterior podemos extraer como moraleja que, por lo general, solemos prestar atención a todo lo que denominamos capa de firme, mezcla bituminosa y aspecto de la rodadura, dejando en un término secundario al “hermano pequeño” en la construcción de carreteras, a los que denominamos Riegos Auxiliares.

Un riego auxiliar consiste en la aplicación de una película continua y uniforme de emulsión bituminosa sobre una superficie determinada. Recibe la denominación de “auxiliar” debido a que actúa como complemento de otras técnicas de pavimentación, como trabajos de riego de adherencia e imprimación, ó bien trabajando de forma autónoma protegiendo un tratamiento ya ejecutado, como puede darse en los casos de los riegos de curado, antipolvo, etc.

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Sin duda son tratamientos complementarios de otras técnicas de construcción, ahora bien, no hay que perder de vista la trascendencia de estos riegos y las emulsiones que se emplean para su puesta en obra. Puede

afirmarse que la calidad final dep3 un tratamiento depende en gran medida de los Riegos Auxiliares aplicados, ya sea para preparar la superficie que lo va a soportar, ya sea bituminosa ó tratada con conglomerante hidráulico –imprimación; curado-; “pegar” una capa con otra –adherencia-; proteger una superficie –riego antipolvo-, etc. Sin duda estamos hablando de alargar la vida del firme cuando empleamos las emulsiones bituminosas en estos tratamientos, sumándole a esto la ventaja de obtener una muy buena relación trascendencia del tratamiento / coste del mismo.

Para mejor reconocimiento de los técnicos que se andan en este mundo de las emulsiones bituminosas, cabe decir también que en los últimos años se ha incrementado, si cabe, la calidad de los productos, consiguiendo desarrollar emulsiones ultraeficientes en el campo de la adherencia, con productos termoadherentes (ver web ATEB), de alto rendimiento en tratamientos de imprimación, emulsiones de alta estabilidad de almacenamiento, etc, etc,; que demuestran las posibilidades que se pueden ofrecer al usuario final para conseguir una movilidad y desplazamientos más eficientes y seguros.

En definitiva, en nuestro país contamos con emulsiones diseñadas y preparadas a la medida de la técnica del riego auxiliar que sea necesario emplear, y que nos permiten trabajar con bajos consumos de combustible y emisiones; es decir, aplicamos productos ecoeficientes y versátiles.

Como cierre de la conversación e interpelado por la puesta en obra, comentamos que, aunque contamos con estupendas máquinas regadoras, que poseen los más sofisticados equipos informáticos que aseguran un ajuste cuasi perfecto de las dotaciones de emulsión y calidad de riego, a nuestro avezado observador, que con su interpelación nos ha permitido hacer un somero repaso por estas técnicas, siempre podremos contarle que el “pegamento de las carreteras” está siendo aplicado perfectamente por el “señor artificiero”.

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Fuente: web de ATEB escrito por  José Luis Pradas Díaz

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