sábado, abril 27, 2024

En 2010 se propuso montar una empresa energética frente a los gigantes españoles. Hoy factura 150 millones, tiene 215.000 clientes, 176 empleados y va a salir a Bolsa. Esta es la historia de Carlota Pi

Foto: Carlota Pi es la cofundadora de Holaluz. Foto: EFE/Alejandro Garcia.
Carlota Pi es la cofundadora de Holaluz. Foto: EFE/Alejandro Garcia.

“Todos los emprendedores dicen que quieren cambiar el mundo, pero es que Carlota es la única que lo intenta de verdad“. Así se refiere un emprendedor español a Carlota Pi, la catalana que esta semana ha saltado a los medios más que de costumbre. La razón es que Holaluz, la compañía eléctrica que montó en 2010, ha decidido salir a Bolsa para recaudar cerca de 40 millones de euros.

La mujer obsesionada con la energía

La trayectoria profesional de Pi siempre ha estdo ligada al sector energético. Terminó sus estudios de Ingeniería Industrial en 2001 y ese mes de junio ya se estaba trasladando a Alemania para trabajar en RWE Power, donde estuvo casi tres años ocupando varias posiciones en Essen, Barcelona y Nueva York. Tras aquella experiencia fichó por Nexus Energía, donde lideró el área de desarrollo de mercado durante más de cuatro años.

A mediados de 2008 se desligó del mundo corporativo y empezó a trabajar como consultora ‘freelance’. También comezó un master en IESE en el que coincidió con dos personas claves a futuro: Ferran Nogué y Oriol Vila. Esta relación fue esencial, ya que entre los tres empezaron a darle vueltas a un idea tan loca como quiza imprudente: entrar en un mastodonte como el sector e (intentar) competir con las grandes compañías españolas.

“Al cliente de las energéticas se le cobra de más y se le engaña. Carlota quería dejar de tratar al cliente como si fuese idiota”

“Carlota estaba harta de cómo funcionan las empresas energéticas”, relata a este periódico un inversor que la conoce desde hace muchos años. “Había trabajado en varias, conocía el sector y no le parecía lógico cómo se trataba al cliente: se le cobraba de más, se le vendía servicios que no necesitaba y, cuando había algún problema, todo eran excusas, gestiones que se alargaban y cabreos. Ella quería dejar de tratar al cliente como si fuese idiota“.

Asi, el 12 de noviembre de 2010 nacía oficialmente Holaluz, una comercializadora de energía con la que Carlota Pi, Oriol Vila y Ferran Nogué intentarían llegar a un nicho de mercado tan numeroso como escéptico y difícil de conquistar: el del cliente que, básicamente, odia a su compañía energética. “Fundamos la empresa porque tener una empresa bien gestionada, rentable y que pone al cliente en el centro puede cambiar el mundo gracias a las energías renovables y verdes”, recuerda Pi.

150 millones de euros y 215.000 clientes

En estos nueve años, Holaluz ha conseguido varias victorias. La más importante de ellas es la del negocio. En una época en la que muchas ‘startups’ se sumergen en una carrera frenética por levantar millones de euros de financiación (a veces sin facturar un solo euro), Carlota Pi ha sacado adelante una empresa que unas vecces ha ido mejor y otras peor, pero siempre ha tenido un modelo de negocio claro.

Y ese modelo, con las cifras en la mano, ha funcionado. Como refleja el Registro Mercantil, en los últimos años la compañía ha ido aumentando de manera sosegada pero incesante sus cifras de facturación, que en 2018 superaron los 150 millones de euros.

Al margen de facturación, ¿se trata de un negocio rentable? Para Holaluz, por lo general, sí. El sector energético es especialmente particular, ya que cuenta con unos márgenes exiguos en comparación con otros sectores, pero con un periodo de recurrencia del cliente potencialmente más alto. En este contexto, las cuentas revelan que, aunque con un margen muy pequeño, Holaluz suele permanecer en beneficios (salvo en 2017, cuando la compañía presentó un beneficio de 125.710 euros, pero el ajuste posterior le llevó a pérdidas).

En este camino, la compañía ha contado con tres rondas de finaciación: consiguió 300.000 euros de Enisa en octubre de 2010, 4 millones de euros del fondo Axon Partners Group en mayo de 2016 y 8 millones en septiembre de 2019 de la entidad de la previsión sectorial de empleo Geroa. En total, 12 millones de euros, una cantidad sustancial aunque no excesivamente alta si tenemos en cuenta sus volúmenes de facturación y la frecuencia de rondas millonarias en muchas ‘startups’ españolas que ni siquiera facturan.

Las cifras de negocio de Holaluz se han cosechado a través de varios hitos. Uno de ellos, quizá el más importante a nivel de imagen corporativa, llegó en junio de 2018, cuando fue contratada por Tesla para desplegar sus baterías de autoconsumo energético, convirtiéndose en la primera y única comercializadora eléctrica que instala en España las baterías del gigante tecnológico de Silicon Valley, que con sus Powerwall 2 promete un ahorro en la factura energética cercano al 40%.

Holaluz se convirtió en la primera y única comercializadora eléctrica que instala en España las baterías de Tesla

Un mes antes, la emprendedora española consiguió una victoria menos mediática, pero mucho más importante en el aspecto económico: ganó tres de los cuatro lotes del megacontrato de suministro de electricidad 100% renovable para Ayuntamiento de Madrid. Era una victoria de negocio, pero también simbólica, ya que la compañía competía en ese contrato con gigantes españoles como Acciona, Iberdrola o Naturgy.

Otra victoria fue la que llegó en octubre de 2013, cuando la compañía se presentó a la subasta de la OCU en la que la organización pretendía que todos los usuarios apuntados consiguiesen un mejor precio en su factura energética. Holaluz ganó la puja a última hora y, de golpe y porrazo, consiguió 25.000 clientes. Pero, según el emprendedor que conoce de cerca la trayectoria de la empresa, aquello tenía su letra pequeña: “El ganador de la subasta tenía que pagar a la OCU una cantidad fija por cada nuevo usuario [entre 20 y 35 euros] y eso les hizo mucho daño. Cualquier empresa energética tiene muy poco margen si ajusta sus precios, y Holaluz menos aún, así que tener que pagar a la OCU por cada usuario hace peligrar tu rentabilidad, puedes acabar perdiendo dinero”.

Carlota Pi no lo ve así: “Teníamos 2.500 clientes y pasamos a 25.000, ¿de verdad puede considerarse eso un problema? Fue un gran paso para nosotros. Si nos hubiese ocasionado problemas, hoy no estaríamos donde estamos, listos para salir a Bolsa”, explica en conversación con Teknautas.

Pero quizá la mayor victoria de Holaluz y de Carlota Pi ha sido la conseguida con sus usuarios. Desde el principio la compañía no apostó por da un servicio de masas, sino por ofrecer una imagen de transparencia y buen trato con los clientes que, por momentos, recordaba a la que estaba llevando a cabo Pepephone en el sector de las telecos. De hecho, cuando Pepephone lanzó su propia comercializadora de energía, Pepeenergy, observó que algunos de sus nuevos clientes procedían de Holaluz y les pidió que recosiderasen el cambio: “No podemos impedir que te vengas, y nos encanta, pero te tenemos que pedir que lo reconsideres. No es una buena noticia que Pepeenergy le quite un solo cliente a Holaluz. Eso no cambia las cosas”.

La relación con sus clientes ha supuesto un aumento considerable en el número de usuarios: en 2015 Holaluz pasó la barrera psicológica de los 50.000 usuarios, en 2017 la de los 100.000 y, a día de hoy, ya cuenta con 215.000 clientes en sus filas.

“Las energéticas han visto que el discurso de Carlota ha dado sus resultados, así que se lo han copiado. Ahora todas quieren ser como Holaluz”

Resultaría iluso pensar que la irrupción de Carlota Pi y Holaluz ha supuesto una enorme brecha en los volúmenes de negocio de las grandes energéticas españolas, pero el ‘agujero’ de 150 millones de euros tampoco es poca cosa. Además, el emprendedor que conoce de cerca a Pi considera que la emprendedora ha conseguido algo mucho más importante: “Todas las grandes energéticas le han copiado la estrategia. Carlota fundó Holaluz cuando las energéticas trataban fatal a sus clientes, y ahora todas se pelean por hacer el discurso de que respetan a sus cientes, de que son sostenibles, de que son transparentes… Las energéticas nunca han sido transparentes, pero han visto que el discurso de Holaluz y la forma de trabajar de Carlota han dado sus resultados, así que se los han copiado. Ahora todas quieren ser como Holaluz”.

Y mientras tanto, ¿habrá llegado alguna oferta de compra por Holaluz? “En estos años ha pasado de todo”, reconoce la emprendedora. “Nos han llegado propuestas de todo tipo, pero nosotros hemos decidido seguir nuestro camino y hacer una ampliación de capital en la Bolsa”.

Datos filtrados y tarifa (no tan) plana

No todo han sido buenas noticias en la trayectoria de Pi al frente de Holaluz. La compañía lanzó en octubre del año pasado su Tarifa Justa, autodenominada como “la única tarifa plana personalizada de luz del mercado con la que puedes usar toda la energía que necesites y pagar siempre lo mismo”. Sin embargo, con el tiempo llegaron las críticas: algunos clientes se quejaban de que el precio de dicha tarifa era superior al que ya pagaban y otros incluso denunciaron que ni siquiera era (tan) plana: si el consumo subía más de lo esperado, el precio final también lo haría.

La compañía de Carlota Pi reconoció que el coste final podía variar, aunque también aseguró hace pocas semanas que el 77% de los usuarios que apostaron por esa oferta se han quedado con ella. En cualquier caso, ahora Holaluz ha habilitado incluso una guía de ayuda para diferenciar entre la Tarifa Justa y la Tarifa Sin Sorpresas y que no haya lugar a confusiones.

La compañía dejó al descubierto información privada y sensible de los usuarios

Poco después de este hecho, en febrero de este mismo año, se descubrió que Holaluz había dejado al descubierto los datos privados de miles de usuarios. Lo hizo dejando en su web el Código Universal de Punto de Suministro (CUPS) de cada usuario, un número de identificación de las instalaciones eléctricas que, unido a otros datos como la dirección de domicilio, constituía la publicación de información privada y sensible de los usuarios.

Para Carlota Pi, este incidente no fue ni mucho menos tan grave: “Nosotros reportamos inmediatamente este hecho a la Agencia Española de Protección de Datos [AEPD], se solucionó y ahora y estamos esperando que se cierre el proceso administrativo”. A día de hoy, de hecho, Facua sigue esperando que la AEPD se pronuncie en este asunto.

¿Qué pasará con la salida a Bolsa?

Con sus victorias y sus derrotas, lo cierto es que Carlota Pi ha conseguido levantar una compañía energética de la nada, ‘robarles’ 150 millones de euros del pastel anual a los gigantes españoles y conseguir que Holaluz se prepare para salir a Bolsa con la intención de conseguir cerca de 40 millones de euros extra.

Ahora la duda es qué tal le irá a Pi en esa nueva aventura. El emprendedor que la conoce es optimista, aunque, pone freno a posibles especuladores. “El sector energético da unos márgenes muy, pero que muy pequeños, así que es imposible que haya grandes múltiplos. Además, Carlota tiene mucha personalidad y una forma de trabajar muy fuerte. Ella ha montado Holaluz para cambiar el sector y ese es su máximo objetivo, no está aquí para especular”.

“Queremos alcanzar el millón de clientes en 2023 y seguir liderando el autoconsumo solar”

En su opinión, por tanto, “quien invierta en Holaluz tiene que tener claro que no está metiendo dinero para forrarse ni para tener un múltiplo enorme en pocos años. El retorno será muy modesto. Quien invierta en Holaluz debe tener en cuenta que está invirtiendo, además de en un producto financiero, en otra forma de hacer las cosas dentro de un sector tan poco transparente como el energético”.

Carlota Pi, por su parte, ve el futuro con optimismo: “Estamos explicando a nuestros potenciales inversores que queremos alcanzar el millón de clientes en 2023 y seguir liderando el autoconsumo solar. Somos optimistas, nos hemos marcado objetivos interesantes y factibles. Mirando hacia atrás, hacia 2010, nunca me habría imaginado este éxito“.

El tiempo dirá qué pasa con el futuro de Holaluz y cómo evoluciona. Hasta entonces, Carlota Pi podrá presumir de ser la mujer que hace nueve años se propuso crear una compañía que se hiciese un hueco en el complicadísimo sector energético, habitualmente dominado por gigantes empresariales. Y lo ha conseguido. Con creces.

Fuente: Diario El confidencial.com

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