sábado, abril 27, 2024

La instalación de una nueva tubería de desagüe cloacal sobre Estados Unidos implicó el cierre temporal de un tramo de 100 metros de esta calle, a la altura de Herrera y Fulgencio R. Moreno.

En ese sector se debió abrir una zanja, justo en medio de la vía, para extraer los antiguos tubos, hechos de cerámica y con más de 50 años de vida.

La decisión de utilizar este método tradicional de trabajo se tomó tras comprobar que las estructuras existentes “se habían desmoronado”, explica Álvaro Carrón, ingeniero responsable de la fiscalización de esta obra, la cual forma parte del Programa de Saneamiento Integral de la Bahía y Área Metropolitana de Asunción, impulsado por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC).

Apelar a la apertura de zanjas de entre 1 y 2 metros de profundidad, con toda la incomodidad que representa para vecinos y conductores, solo se da en casos como este, donde el estado de deterioro de la red existente no permite otro tipo de intervención. O donde se debe aumentar el diámetro de la tubería existente para abastecer a una mayor cantidad de usuarios.

“En otros sectores, sin embargo, fue posible utilizar el relining, que es un sistema con muy poca afectación al tránsito y al vecino, donde la rehabilitación de la tubería se hace por dentro y desde los registros existentes”, precisa Carron, en el afán de explicar cuáles son los criterios considerados al momento de decidir la metodología a ser empleada.

En Asunción, el deterioro de la red de alcantarillado sanitario tiene consecuencias en la salud ambiental y de la gente. “Existen casos donde la tubería ya no existe, solo el suelo mantiene la forma.

Esta situación hace que el agua de lluvia del subsuelo ingrese a la red cloacal, que a su vez, repercute en la gente que vive en la zona más baja donde, cuando llega el agua de lluvia a través de la red cloacal, que no está preparada para conducir todo ese caudal, se produce la explosión de la tapa de los registros y, como consecuencia, las calles se inundan de aguas servidas”.

Otros problemas que exhiben las tuberías son las fisuras y agujeros, a través de los cuales se producen filtraciones. Así, el agua cloacal pasa a las napas freáticas, contaminando los acuíferos de agua potable. Los materiales utilizados en las tuberías nuevas avizoran un tiempo de “vida útil de 50 años o más”, afirma Carrón.

Saneamiento

En paralelo avanza también la construcción de las Plantas de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR), en Varadero y Bella Vista. Estas obras que completarán el sistema de saneamiento, un déficit histórico de Asunción, cuyo efecto visible y más preocupante es el alto nivel de contaminación de la bahía, en cuya área existen actualmente 16 puntos de descargas directas de efluentes cloacales.

La puesta en funcionamiento del sistema de saneamiento en Asunción beneficiará, directa e indirectamente, a una población de unas 2.000.000 de personas, incluyendo las residentes en su área metropolitana.

La inversión prevista en las redes y la PTAR Varadero es de G. 174.447 millones, en tanto en la construcción de la PTAR Bella Vista es de G. 105.000 millones, financiados por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

Fuente: web del MOPC

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