viernes, mayo 10, 2024

El temporal de la semana pasada dejó nuevamente en evidencia los efectos de la falta de infraestructura para la recolección y encauzamiento de las aguas, en casos de precipitaciones intensas. Como resultado, la torrencial lluvia caída produjo raudales devastadores en Asunción y otras ciudades, con consecuencias fatales en algunos casos.

En contrapartida, en San Ignacio, Misiones, la red de macrodrenaje pluvial construida evitó la inundación de la zona baja, donde se ubica el barrio San Roque, bordeado por el Primer Arroyo, punto de descarga de la red de tuberías de 2.300 metros. 

Por primera vez, tras décadas, las familias de esta comunidad no se vieron afectadas por el ingreso de agua a sus viviendas.

Otra muestra del impacto positivo de las obras de drenaje pluvial impulsadas por el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC) es la zona de la avenida Bruno Guggiari, en Lambaré, cuyos vecinos todavía recuerdan cómo los raudales arrastraban incluso autos, poniendo en riesgo sus propias vidas. 

Junto con la construcción de la red de alcantarillado pluvial, el mejoramiento del arroyo Leandro Sosa de esta ciudad marcó también un antes y un después en la vida de las familias asentadas en sus alrededores. 

Las obras realizadas en el referido cauce evitan hoy su desmoronamiento y desborde, además de configurar –en algunos sectores del trazado- espacios de esparcimiento y disfrute.

La puesta en funcionamiento de sistemas de drenaje pluvial, como los de San Ignacio y Lambaré, da cuenta de su incidencia en la mejora de la calidad de vida de la población, expuesta hoy –como nunca antes y en todo el planeta- a fenómenos meteorológicos extremos, producidos como resultado del cambio climático. Representa, al mismo tiempo, un punto de inflexión en el proceso de crecimiento y desarrollo de los centros urbanos.

En el caso de San Ignacio, la inversión prevista en los trabajos es de G. 64.000 millones, con un beneficio directo que llegará a unas 2.000 personas, residentes en la zona baja de la ciudad, pero que impactará directamente en toda la población, unas 35.000 personas.

A su vez, la renovación del arroyo Leandro Sosa de Lambaré, y de su área de influencia, representó una inversión de G. 34.000 millones, beneficiando directamente a unas 600 familias.

Fuente web del MOPC

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