En lugar de la pintura coloreada a base de pigmentos, que requiere moléculas sintetizadas artificialmente, un investigador de la UCF ha desarrollado una forma alternativa de producir pintura coloreada que es más natural, respetuosa con el medio ambiente y ligera.
Las pinturas tradicionales a base de pigmentos absorben la luz y el calor, lo que puede hacer que los edificios se calienten mucho más y necesiten más energía para enfriarse. Esto aumenta la demanda de aire acondicionado, lo que a su vez provoca un aumento de las facturas de energía y de las emisiones de carbono.
En cambio, la pintura plasmónica refleja todo el espectro infrarrojo, por lo que no absorbe tanto calor. Esto reduce la necesidad de aire acondicionado, con el consiguiente ahorro de energía y menores emisiones de carbono.
De hecho, según el profesor Debashis Chanda, inventor de la pintura plasmónica, su uso podría suponer un ahorro de más del 10% del consumo total de electricidad en Estados Unidos, que actualmente se dedica al aire acondicionado.
Al utilizar pintura plasmónica para pintar los tejados y paredes de los edificios, se puede reducir la temperatura general del edificio, lo que a su vez reduce la necesidad de aire acondicionado, que consume mucha energía. Esto podría suponer un importante ahorro de costes para los propietarios de los edificios y reducir su huella de carbono.
Sherwin-Williams y AkzoNobel son dos de las mayores empresas mundiales de pinturas y revestimientos, y ambas están estudiando el uso de la tecnología de pintura plasmónica en sus productos.
El conglomerado AkzoNobel ha desarrollado un producto llamado «Cool Chemistry», que utiliza partículas plasmónicas para reflejar la luz solar y reducir la absorción de calor. La empresa afirma que el producto puede reducir la temperatura de la superficie de un edificio hasta 10 °C.
La gran empresa de pinturas Sherwin-Williams se ha asociado con la Universidad de Purdue para desarrollar una pintura capaz de reflejar la radiación solar y reducir el consumo de energía. La pintura se está desarrollando para su uso en tejados y paredes y se espera que esté disponible en el mercado en un futuro próximo.
La diferencia de temperatura que promete la pintura plasmónica supondría un importante ahorro de energía. Utilizar menos electricidad para la refrigeración también reduciría las emisiones de dióxido de carbono, disminuyendo el calentamiento global. Además, la pintura plasmónica es extremadamente ligera gracias a su gran relación superficie/espesor, lo que la convierte en la pintura más ligera del mundo. La pintura plasmónica está llamada a revolucionar la industria de la pintura y abrir una nueva era de pinturas ecológicas y sostenibles.
Debashis Chanda
Según un informe de Grand View Research, el mercado mundial de los revestimientos ecológicos se valoró en más de 85.500 millones de dólares y se espera que crezca a un ritmo anual del 5,9% hasta 2028. Esto sugiere que hay una inversión y un interés significativos en soluciones de pintura sostenibles.