Entre todas las tendencias a futuro que más preocupan a instituciones públicas y privadas, hay dos que destacan especialmente: la movilidad sostenible y la aplicación de la tecnología a los servicios públicos de una ciudad. Pero ¿de qué forma podremos alcanzar estos fines? La movilidad sostenible no pasa simplemente por poner, por ejemplo, más bicis en las calles, del mismo modo que aplicar la tecnología a los servicios públicos tampoco significa digitalizar los trámites burocráticos. Si de verdad queremos que la tecnología sea útil, esta debe tener un valor añadido.

El informe ‘ITT Report 2019 on Smart Roads’, elaborado por Indra, aborda ese valor añadido en un área tan importante como las carreteras inteligentes, fundamentales para una movilidad respetuosa con el medioambiente, y hace especial hincapié en algunas innovaciones específicas.

Hacia una movilidad segura y sostenible

La apuesta por estas tecnologías no es azarosa ni carente de motivos. Su inclusión en la movilidad y las infraestructuras contribuye, según el estudio de Indra, a reducir los accidentes y mejorar la seguridad y la protección de viajeros e infraestructuras, haciendo estas más eficientes y optimizando el uso de los recursos públicos.

Además, también ayudan a realizar una gestión del transporte más eficiente y menos contaminante, reduciendo la huella de carbono, fomentando políticas de movilidad sostenible y mejorando la calidad del aire gracias a la reducción de emisiones asociadas a atascos.

«Desarrollar una movilidad sostenible es uno de los objetivos en las agendas de gobiernos y administraciones en todo el mundo»

Como señala Berta Barrero, directora de Mercado de Transportes en Indra, esta idea de una movilidad sostenible es importante, dado que «en el año 2050 más del 70% de la población mundial residirá en grandes ciudades». Así, es necesario tomar medidas para mitigar «los problemas de congestión, falta de capacidad, contaminación y problemas de seguridad vial y favorecer la protección de las personas».

Así pues, «desarrollar una movilidad sostenible, con infraestructuras y vehículos conectados, y una ordenación del transporte público que dé respuesta a los retos de congestión y sostenibilidad, es uno de los objetivos principales que hoy están en todas las agendas de gobiernos y administraciones públicas regionales y municipales en todo el mundo».

El auge y la necesidad de una movilidad segura y verde han provocado que las empresas incluyan estas tecnologías y desarrollos en su cartera de servicios. Es el caso de Indra, que ha llevado a cabo más de 2.500 proyectos de ‘smart mobility’ en más de 100 ciudades de 50 países, 600 pruebas de vehículo conectado y autónomo y 300 kilómetros de túneles monitorizados con su tecnología. Además, ha logrado un descenso del 6% en el consumo de combustible merced a sus soluciones basadas en ‘big data’ e inteligencia artificial.

Uno de sus proyectos destacados es el Transform I-66 Outside the Beltway, en Estados Unidos, donde implementará un peaje dinámico que detectará la intensidad del tráfico en tiempo real y proporcionará datos como la densidad del tráfico, el tipo de vehículo, los ocupantes del vehículo y otras variables que respalden el cálculo de las tarifas.

Otra iniciativa en este sentido es Clarece, que, con un alto nivel de automatización, proporcionará información en tiempo real a Transurban Queensland (Australia) para facilitar la toma de decisiones y la gestión optimizada de las operaciones de tráfico. Además, al incorporar tecnología inteligente para la gestión de incidentes, el sistema guía al operador a la hora de actuar de forma correcta en cada caso, convirtiendo la operación diaria en simple y eficiente.

Estos proyectos parten de la apuesta por la movilidad sostenible de su ofertaIndra Mova Solutions, que combina las nuevas capacidades digitales (integración, especialización e innovación) con la fiabilidad, el conocimiento del negocio y su propia tecnología. Además, su plataforma tecnológica In-Mova Space cohesiona y refuerza este portfolio para impulsar una movilidad más sostenible y colaborativa, integrando todo el ecosistema de transportes, infraestructuras y operadores y facilitando el desarrollo de nuevos modelos de negocio en el campo de la ‘smart mobility’.

Fuente: el confidencial