La infraestructura carretera proporciona una base esencial para el funcionamiento de todas las economías nacionales y genera una amplia gama de beneficios económicos y sociales. Conservar adecuadamente la infraestructura vial es imprescindible para preservar y aumentar estos beneficios. Los responsables de la toma de decisiones deben reconocer la importancia de la conservación, así como la de financiarla y administrarla adecuadamente para extraer el máximo valor de la red. La insuficiencia de las inversiones o una mala administración de la red carretera tendrá graves consecuencias para la economía y el bienestar social. Este informe proporciona argumentos en favor de la importancia de la conservación de las vías con base en evidencias consistentes procedentes de todo el mundo.

Las carreteras son activos nacionales esenciales para sustentar la actividad económica

Las carreteras son activos nacionales importantes. En todo el mundo, las carreteras son el principal activo del transporte. Su extensión global comprende millones de kilómetros (por ejemplo, la longitud promedio de las vías públicas de los países de la OCDE excede los 500 000 km), e invariablemente constituyen activos públicos muy significativos y valiosos. Aun en países pequeños como Nueva Zelanda, el costo de reemplazo de la red carretera nacional, ya depreciada, es de alrededor de 15.000 millones de euros, lo que la convierte en el mayor activo público nacional.

La conservación de las vías influye en la velocidad a la que se deprecia su valor y determina el efecto que tienen en los usuarios de las carreteras y en la sociedad. Sin una conservación adecuada, el valor patrimonial de cualquier red de carreteras disminuye rápidamente, provocando importantes efectos adversos para los usuarios y la sociedad si la red vial se halla en malas condiciones.

El transporte por carretera es una plataforma de la actividad económica. Según cálculos basados sólo en el valor agregado de los servicios de transporte, el transporte carretero suele representar un porcentaje de entre 3 y 5 % del PIB de un país. Sin embargo, este cálculo ignora una serie de elementos, como por ejemplo insumos como combustibles, equipos de transporte e infraestructuras, que elevan la contribución del transporte al PIB hasta niveles más realistas de entre un 10% y un 20% del PIB. Los datos del Foro Internacional del Transporte (países de la OCDE y otros como China, India y Rusia), sugieren que, considerando todo el transporte terrestre de pasajeros, el transporte por carretera representa el 83% de los viajes de pasajeros.

Al envejecer, la infraestructura requiere una mayor conservación. La necesidad de conservación aumenta a medida que la infraestructura envejece, ya que se vuelve más frágil, menos resistente y más susceptible de sufrir contratiempos. Existe un desfase entre la construcción de nuevas carreteras y la necesidad de conservarlas. En los países con redes viales maduras, gran parte de la construcción de carreteras tuvo lugar durante la segunda mitad del siglo XX. Sus grandes estructuras, como puentes y pasos elevados, suelen diseñarse para una vida media de unos 100 años, por lo que en la mayoría de las redes, la necesidad de una rehabilitación total aún no se ha alcanzado. Por ejemplo, en 2011, el 9% de los 160.000 puentes de Japón tenían 50 años de servicio o más; al ritmo actual de reposición, este porcentaje ascenderá al 53 % en 2031 como reflejo del gradual envejecimiento del patrimonio de puentes.

El tránsito sigue creciendo y provocará mayores necesidades de conservación. A medida que los niveles de tráfico aumentan, la necesidad de conservación se incrementa. Aún en muchos países

desarrollados, en los que se ha reducido el ritmo de crecimiento del tráfico a largo plazo, los intentos de maximizar la capacidad de redes congestionadas y de asegurar la movilidad para mayores niveles de tránsito, han llevado a la necesidad de usar elementos cada vez más complejos para gestionar el tráfico. Estos elementos requieren intervenciones de mantenimiento más frecuentes y aumentan los costos de conservación. Con las bajas tasas de crecimiento a las que se extiende la red vial en estos países, se esperaría que la mayor parte del presupuesto en infraestructura carretera se aplicara a la conservación vial. Sin embargo, la evidencia indica que está ocurriendo lo contrario, y que la proporción de la inversión dedicada al mantenimiento con respecto a la inversión total de carreteras está decreciendo a pesar del envejecimiento de los activos. Por ejemplo, en los países de la OCDE, la participación de la conservación vial en el gasto total en carreteras fue del 33% en 2005 y había disminuido al 27 % en 2011, a pesar de que el patrimonio vial continúa envejeciendo.

Los impactos derivados de la conservación vial son variados y deben comprenderse bien

El impacto de la conservación vial es significativo, ya que ésta influye en la seguridad vial y en los beneficios económicos, medio ambientales y sociales. El balance relativo de los beneficios (o del impacto negativo cuando la conservación es deficiente) varía según la red vial. Por lo tanto, se requiere contar con un marco global para describir y evaluar los impactos de la conservación de las vías, transmitir el mensaje resultante a los responsables de la toma de decisiones e impulsar la adopción de decisiones racionales en la planificación de la conservación. Este informe muestra cómo la aplicación de un marco de referencia de este tipo permite identificar las necesidades y los impactos en redes viales de distintos tipos.

La inversión oportuna ahorra importantes costos futuros

Por lo general, los análisis del costo anual de conservación de una vía lo fijan en un pequeño porcentaje del costo de inversión inicial (2-3% para una carretera troncal pavimentada y 5-6% para un camino rural no pavimentado). Si en el largo plazo no se logra mantener este nivel de inversión, se corre el riesgo de perder los beneficios que motivaron la construcción original de la carretera.

Un principio bien establecido que sustenta la necesidad de invertir en conservación es que el gasto actual ahorra costos futuros. Cuando los activos se deterioran aumenta el costo de restaurarlos, como han demostrado numerosos estudios. Por ejemplo, los países pobres suelen invertir en conservación menos de lo aconsejable, pero a la vez gastan un 50% más por kilómetro que países con ingresos más elevados. La inclusión de otros aspectos amplifica este efecto. El Banco Mundial ha demostrado que el retraso de la conservación vial en África incrementa los costos de operación de los vehículos en dos y tres veces el monto ahorrado en conservación. Este mismo efecto de incrementos en costos indirectos superiores a la reducción en el presupuesto de conservación, también se ha observado en redes carreteras maduras en países desarrollados.

La conveniencia de conservar los tramos – evidencia convincente

Se presentan estudios de casos de alrededor del mundo para proporcionar evidencia sobre los temas. Los estudios de casos ilustran la diversidad de aspectos a considerar en redes viales nacionales, redes locales rurales y urbanas.

También se presenta evidencia para resaltar dos temas importantes e interrelacionados. El primero se refiere a la cuestión climática, cada vez más relevante como consecuencia del cambio climático. El segundo consiste en que las diferencias en tipos de terreno llevan a requerir conocimientos y prácticas locales también muy diferentes, por lo que los beneficios de una conservación preventiva de las vías, aunque de validez general, se acentúan a causa de esta consideración.

La inversión en conservación vial debe administrarse de manera adecuada

La evidencia demuestra que la adopción de principios de buena gestión de activos es la base para una toma de decisiones técnicas y administrativas que redunde en un mejor desempeño de la red vial. El informe no incluye una guía detallada, pero describe la importancia de adoptar una visión de largo plazo sobre la conservación de la red vial, enfocada a:

las políticas de contratación deben adaptarse a los recursos disponibles. Los países comprometidos con la conservación vial innovan continuamente para asegurar que la contratación consiga la mayor rentabilidad y sea lo suficientemente flexible para asimilar los cambios políticos y económicos que se produzcan.

La conservación de las vías, una prioridad para las generaciones futuras

La conservación vial inadecuada no sólo afecta a la generación actual, sino que plantea una carga financiera injusta para las generaciones futuras. El informe proporciona evidencia sólida de que una conservación vial oportuna evita el aumento de los costos futuros. No efectuar una inversión y gestión adecuadas en el momento actual no hace más que agravar el problema y puede tener profundos efectos económicos, sociales y ambientales.

Fuente:web de PIARC